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FRANZ

CARACOLES

CARACOLES

Junto a unos pocos moluscos similares, los caracoles ocupan un lugar privilegiado en la alimentación prehistórica humana, ya que debieron de ser una de las primeras fuentes de proteínas de origen animal, como demuestran las enormes cantidades de restos fósiles encontrados en los asentamientos prehistóricos.

 

Caracol, caracol, saca los cuernos al sol

 

Nestor Lujan escribió en su día “muchas veces hemos pensado, con extrema curiosidad, en el valor o hambre desesperada que debieron sentir quienes comieron por vez primera la ostra, el caracol o el percebe”.

 

Cuando llueve  y hace sol, sale de paseo el caracol

 

La helicicultura , derivada de los vocablos latinos “helix” (tipo de caracol) y “cultivare” (cultivar) , es la cría de caracoles terrestres comestibles en cautiverio, con fines comerciales , practicada ya en desde la antiguedad, y esta documentado históricamente que fueron  los romanos los pioneros en esta actividad.

 

Según Plinio, fue Fulvius Hirpinus en Tarquemia, una ciudad no muy lejos de Roma, quien estableció la primera coclearia o lugar de cría en cautiverio, aproximadamente en el año 50 a.C., y en donde  engordaban a los caracoles con leche, salvado y algo de vino, alcanzando una merecida importancia. No solamente se dedicaban en las coclearias a la mejora de las especies nativas de caracoles, sino que en ellas se criaban también otras especies procedentes de Iliria, del norte de África, de Boreales, de Capri y de Liguria. Aunque algunas especies de estos caracoles son todavía apreciadas, en la actualidad no alcanzan, ni con mucho, la estimación que gozaron entre los romanos.

En Pompeya también se establecieron estas granjas, junto al Vesubio, donde los arqueólogos han descubierto miles de conchas que demuestran el gran consumo y el buen negocio que representaba el comercio de caracoles en aquella época.

Los romanos consumían los caracoles no solo como alimento , asados, degustados con vino y servidos como entretenimiento en las comidas, sino también por sus propiedades terapéuticas .

 

Como terapia sexual y reproductiva : el consumo de caracol aumenta el apetito sexual y facilita el embarazo, evitando las pérdidas indeseadas.

Para problemas gástricos: el caracol, al ser un buen reconstituyente de tejidos, favorece la cicatrización de úlceras. Hasta hace muy poco tiempo existía en la farmacopea moderna como medicación para estas patologías.

Como espectorante para problemas pulmonares, que  aún hoy continúa utilizándoselo para ese fin. En la actualidad el remedio espectorante hecho a base de baba de caracol (helicina) es el Helifenicol.

Plinio El Viejo, recomendaba la ingesta de caracoles en número impar como remedio para la tos y males estomacales.

 

Caracol sin el gusto de vino, no vale un comino

 

Durante la Edad Media los caracoles pasaron a ser el alimento de los pobres, dada la abundancia en la naturaleza de este producto, carne que además
no rompía la abstinencia cuaresmal. Se comían los caracoles fritos con aceite y cebolla, en brochetas o hervidos. En algunos monasterios europeos fue un plato habitual.

Cuando más abrasa el sol, ni mujer, ni vino ni caracol

 

A principios del siglo XVIII el caracol desapareció de las mesas nobles, y fue el gran gastrónomo y diplomático francés Monsieur de Talleyrand, quien lo impone definitivamente en la nobleza cuando en mayo de 1814 invita a la sociedad parisina y a ilustres visitantes (el Zar Alejandro I, la nobleza, los generales, el clero, etc.) a la inauguración de su nueva casa. Para la ocasión pide a su cocinero una receta especial, original. El chef toma un producto de los pobres, el caracol, y lo presenta en una nueva forma, que denomina "a la Bourguignonn". El rotundo éxito del plato hace que se imponga en todo buen restaurante, masificándose más tarde su consumo.

Caracoles sin picante no hay quien los aguante

 

La mayoría de los caracoles se alimentan de vegetales, los mejores son los de la huerta, aunque existe una especie carnívora que se alimenta de de animales vivos, y otra, de cadáveres. Ambas especies no son comestibles.

 

Con caracoles , higos y peras,

agua no bebas

sino vino, y tanto

que caracoles, higos  y peras

anden nadando.

Otro producto del caracol ,  son sus huevos, conocidos como caviar blanco.

Tras el apareamiento de los caracoles , que son hermafroditas aunque no pueden autofecundarse, y pasado el tiempo necesario antes de comenzar el desove, los caracoles hacen un agujero de unos cuatro centímetros de profundidad en la tierra, depositando de 150 a 200 huevos.

Cada puesta que realiza el caracol pesa unos 3,6 gramos, es decir, para obtener un kilo del preciado manjar son necesarios unos 22.000 huevos resultantes del desove de unos 275 caracoles, y de ahí que el precio sea la friolera de 1.600 euros por kilo.

 

Y para terminar, otra de las utilidades del caracol, esta vez su baba utilizada como cosmético,  que podéis leer en el artículo Crema de caracol estresado en http://batiburrillo.blogia.com/2008/111901-crema-de-caracol-estresado.php de este mismo blog.

 

Referencias: El caracol: Un poco de historia: Viviana Wilches / Como piñones mondados -Nestor Luján- Ediciones Folio, S.A./ El Periódico de Cataluña- El caviar blanco-Sara González

2 comentarios

jemaba -

Tu "alias" y tu comentario, suenan a puro canibalismo.Pero como sobre gustos no hay disputas, nada que objetar.

Caracolilla -

"cargol treu banya..."

Cúánto da que hablar y que rico que está ummm!