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FRANZ

El humúnculo

El humúnculo

Philippus Aureolus Theophrastus Paracelsus Bombastus von Hohenheim, conocido por “Paracelso” , médico, astrólogo y alquimista, nació el 17 de diciembre de 1493 en Einsiedeln (Suiza) y murió en Salzburgo, el 24 de septiembre de 1541. En su lápida se lee la siguiente inscripción: "Aquí yace Felipe Teofrasto Bombast von Hohenheim; famoso doctor en Medicina que curó toda clase de heridas; la lepra, la gota, la hidropesía y otras varias enfermedades del cuerpo, con ciencia maravillosa".  


A la edad de 34 años, fue nombrado profesor de medicina de la universidad de Basilea, y quemó públicamente las obras de Galeno y Avicena diciendo: “en las correas de mis zapatos hay más sabiduría que en todos éstos libros”, lo cual le costó la expulsión de la ciudad tras una campaña del  desprestigio, mantenida por el resto de los médicos, de tendencias conservadoras y materialistas.

 

Esta campaña contra Paracelso se debió a que no reconocía ninguna otra autoridad médica por encima de él que no fuera la naturaleza, obteniendo  favorables resultados en sus tratamientos, situación esta que desesperaba a la clase médica de entonces. Sus obras están repletas de alusiones a seres elementales con los que mantenía relación, tales como gnomos, silfos, salamandras y ondinas, genios de la tierra, el aire. el fuego y agua, respectivamente lo que nos da idea de su contacto directo con los mundos internos.

 

Paracelso fue tachado de hereje  de la misma manera que los gnósticos, y sus enemigos le definían como vagabundo, pero él sólo seguía las pautas de la naturaleza. Al mismo tiempo aplico la enseñanza que por medio de la alquimia le era revelada. Como dice en su Fragmenta medica,” el objeto de la alquimia no es transformar metales innobles en plata u oro, sino crear un remedio contra todas las enfermedades.” Se dice que Paracelso aprendió el arte de la alquimia durante uno de sus viajes a Constantinopla, de boca de Salomón Trismosin.

 

Hasta aquí todo lo de Paracelso, parece tener su lógica, pero nos sorprende con su afirmación de haber creado lo que él llamo un “homúnculo” (del latín homúnculus, “hombre pequeño”, que en cierta ocasión afirmó haber creado.


El homúnculo de Paracelso, era un hombrecito de no más de 30 cm. de alto (que presentaba la dificultad de que pasado cierto tiempo se volvía contra su creador y huía), producido según la tradición alquímica, prescindiendo del óvulo y del útero, utilizando una parte natural, el semen masculino, y otra artificial sustituyendo el cuerpo materno por un alambique.


Dice  Paracelso en su "De natura rerum", sobre cómo crear a un homúnculo:


Encierre durante cuarenta días en un alambique licor espermático del hombre, que allí se pudra y continúe a componerse en un recipiente lleno de estiércol de caballo, hasta que comience a vivir y moverse, lo cual es fácil de reconocer. Después de ese tiempo aparecerá una forma parecida a la de un hombre, pero transparente y casi sin sustancia. Si, luego de esto, se alimenta todos los días este joven producto, prudente y cuidadosamente, con sangre humana secreta (es decir una preparación alquímica roja), y se lo conserva durante cuarenta semanas a un calor constantemente igual al del vientre del caballo, este producto viene a ser un verdadero y viviente niño, con todos sus miembros como el nacido de la mujer, pero sólo más pequeño y al que llamamos un homúnculo. Es necesario educarlo con gran esmero y cuidados hasta que crezca y comience a manifestar la inteligencia.



Quedémonos pues , con el gran Paracelso “
famoso doctor en Medicina que curó toda clase de heridas; la lepra, la gota, la hidropesía y otras varias enfermedades del cuerpo, con ciencia maravillosa” , y corramos un tupido velo sobre el homúnculo.  


Referencia:  “Secretos medievales”- Jesús Callejo Cabo

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