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Inventos para espías y militares

Inventos para espías y militares

Un antiguo agente de la CIA se ha lanzado a publicar un libro titulado “Spycraft” y se ocupa de aquellos artilugios  para el espionaje que se han ido utilizando desde los años 40 hasta hoy. Y es que la cosa tiene su enjundia. El mismísimo Robert Wallace, director de la Oficina Técnica de la CIA ha reconocido que en muchas ocasiones las ideas para estos inventos han llegado directamente de las historias de nuestro querido Superagente 86 , aunque también parezcan ocurrencias del Inspector Gadget. 

 

No era para menos. Cosas tan estrambóticas como “ El cono del silencio”, han pasado a formar parte de los útiles de la CIA, así como también el cigarrillo-pistola, con un calibre del 22, o la libreta incendiaria , creada especialmente para destruir papeles importantes en situaciones de riesgo. Estos son realmente ingeniosos, pero hay otros todavía más desafiantes, como colocar una antena de radio a un gato para que retransmita la conversación de dos sujetos. Y otro, que no ha dejado de sorprendernos aún más: a falta de confianza con las palomas, los agentes decidían dejar el mensaje secreto en el interior de una rata muerta para que ningún osado se atreviera a husmear por allí. 

 

Y es que el Superagente 86 no solo causó efectos colaterales a la CIA. También las Fuerzas Armadas de EEUU , inventaron artilugios similares, estudiando fabricar una bomba gay para provocar la homosexualidad en el enemigo y con ello minar la moral y la disciplina de las tropas, según un documento secreto que acaba de salir a la luz.

 

Parece una broma o un complot de grupos homofóbicos, pero el proyecto del Pentágono -como ha revelado la BBC- fue presentado con toda seriedad en 1994, con un presupuesto previsto de 7,4 millones de dólares para el desarrollo y producción masiva durante seis años de esta arma y otras no menos descabelladas.

 

La idea partió del laboratorio de la base Patterson Wright de la Fuerza Aérea, en Dayton (Ohio), y está incluida en una propuesta titulada Productos químicos para el hostigamiento, irritación e identificación de los malos, que se presentó ante el departamento del Pentágono que se encarga de desarrollar armas químicas no letales.

 

Entre sus ideas para lograrlo está rociar a los enemigos con una sustancia que provoque halitosis "grave y continuada" o mal olor para hacerlos "fácilmente identificables" durante semanas.

 

A los que fuesen impregnados con estos productos "les sería imposible mezclarse con la población local", que presumiblemente huiría de su presencia.

 

El documento, además, propone un plan digno del coyote para capturar al correcaminos: colocar colmenas en una senda usada por los enemigos y rociarles un producto químico que vuelva locas a las abejas y las lleve a picarles a discreción.

 

Asimismo, los científicos de las fuerzas aéreas de EEUU quisieron reclutar a las temidas ratas y a "animales mayores" para que, atraídas por sustancias especiales, atacasen a los enemigos y provocasen el pavor en sus filas.

 

Entre esta caterva de sugerencias está la aplicación de la recomendación, "haz el amor y no la guerra", con la idea de fabricar extractos que socaven la disciplina y la moral de las unidades enemigas exacerbando la líbido.

 

"Un ejemplo de poco gusto pero completamente no letal serían los afrodisíacos potentes, especialmente si el producto químico también provocase comportamientos homosexuales", afirma el documento.

 

La propuesta, de tres páginas, hecha pública con ciertas secciones tachadas, fue obtenida por Sunshine Project, una organización privada que se opone a la investigación con armas químicas. Edward Hammond, uno de sus responsables de la organización, ha afirmado que le escandalizó ver que se considerara "algo así".

 

El teniente coronel del Ejército Barry Venable, portavoz del Departamento de Defensa, ha indicado que el concepto de la bomba homosexual "surgió básicamente en una sesión de sugerencia de ideas y fue rechazado inmediatamente".

 

No obstante, Hammond afirma que no fue así, ya que la propuesta del laboratorio Wright fue distribuida a varias agencias del Gobierno en 2000 y un año después llegó a las manos de la Academia Nacional de Ciencias, que desde 1863 asesora al Gobierno sobre asuntos científicos y tecnológicos.

 

Referencia : http://www.tuexperto.com / “Agencias”

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