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FRANZ

MOSCAS DROGADICTAS

MOSCAS DROGADICTAS

Esta bonita seta , bajo cuyo sombrero rojo con puntitos blancos los gnomos están a la sombra y se cobijan de la lluvia, es la famosa “Amanita muscaria”.

El nombre de este hongo (muscaria) deriva de mosca, y es bien conocido que estos insectos se sienten atraídos por los sombreros del hongo y se quedan tiesos al cabo de un tiempo de permanecer posados en ellos.

 

Se conoce también con el nombre de matamoscas y en el siglo XIX se utilizaba como insecticida colocando sus sombreros en los alfeizares de las ventanas. Uno de los métodos más comunes era machacar el sombrero y añadirle un poco de azúcar o leche, con lo que se conseguía atraer a un mayor número de moscas, y sobre todo, que éstas ingirieran una cantidad mayor de sustancias intoxicantes. Parece ser que de esta forma, algunas moscas morían por un probable efecto de “sobredosis”

 

Pero lo curioso del asunto es que las que parecen muertas en la típica posición de patas dobladas y hacia arriba, en realidad están vivitas y coleando y si se las deja donde están y se las observa al cabo de una hora o un día entero, nos encontramos con la sorpresa de no verlas: han volado.

 

Y ocurre que nos encontramos ante moscas drogadictas, porque las moscas voluntariamente van a posarse sobre la cutícula del sombrero de la Amanita muscaria y a lamer su superficie. Después de unos 5 a 20 minutos, algunas moscas empiezan a mostrar síntomas de intoxicación : el vuelo se vuelve descoordinado, dejan de revolotear, los movimientos se hacen más lentos, aparece un temblor de patas, estremecimiento de las alas y por último, se tumban sobre el dorso, o sobre un costado con las patas al aire, quedando completamente inmóviles. Pasado un período de tiempo que va de 30 minutos a 50 horas, las moscas se despiertan y, en un breve espacio de tiempo, reanudan sus actividades y vuelan como si nada hubiese ocurrido.

 

Como las moscas son igual de viciosas que las personas, si queremos sentirnos eufóricos, o somnolientos o tener visiones fantásticas, no tenemos más que imitarlas, comiendo la cantidad adecuada de Amanita muscaria. Pero ojito, que si te pasas de la dosis puedes acabar en estado grave y necesitado de un lavado urgente de estómago en el hospital más próximo.

 

 

Referencia: “Animales que se drogan” Giorgio Samorini

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