EL MALTRATO A LOS MAESTROS
Os adjunto un contrato laboral de 1923 que circula por al red como “Documento histórico”, extraído dicen del libro "Maestros y textos" de Michel Apple, publicado en 1989 por la Editorial Paidós. Hay unos que afirman que dicho documento se refiere a un estudio sobre la educación en los EEUU, que parece lo más probable,y otros que se refiere a España, que en estas fechas estaba en manos, más bien manazas, de la dictadura militar de Miguel Primo de Rivera. El caso es que sea del país que sea, el contrato es de los que dejan sin respiración, y de ser cierto se pregunta uno en primer lugar si en contratados estaba en su sano juicio, y en segundo cómo las señoritas profesoras no son una especie extinguida.
Advierto que como son tantas las cosas, que si no se leen/ven no se creen, y tan malo el trato que los maestros históricamente han recibido y reciben en todo el mundo (recordad aquello tan español de “pasar más hambre que un maestro de escuela”), que no me atrevo a calificar el espeluznante contrato ni de bulo ni de cierto, y por ello dejo el documento al libre albedrío de cada uno.
Para facilitaros la lectura os transcribo a continuación el texto el contenido de dicho contrato:
DOCUMENTO HISTÓRICO
Contrato de Maestras en 1923
Este es un acuerdo entre la señorita …………………………………………………. maestra, y el Consejo de Educación de la Escuela………………………………..por la cual la señorita ……………………………….acuerda impartir clases durante un período de ocho meses a partir del……………………… de septiembre de 1923. El Consejo de Educación acuerda pagar a la señorita …………………………………………………………………………………………..la cantidad de ($ 75) mensuales.
La señorita………………………………………………………..acuerda:
1.- No casarse. Este contrato queda automáticamente anulado y sin efecto si la maestra se casa.
2.- No andar en compañía de hombres.
3.- Estar en su casa entre las 8:00 de la tarde y las 6:00 de la mañana a menos que sea para atender función escolar.
4.- No pasearse por heladerías del centro de la ciudad.
5.- No abandonar la ciudad bajo ningún concepto sin permiso del presidente del Consejo de Delegados.
6.- No fumar cigarrillos. Este contrato quedará automáticamente anulado y sin efecto si se encontrara a la maestra fumando.
7.- No beber cerveza, vino ni whisky. Este contrato quedará automáticamente anulado y sin efecto si se encuentra a la maestra bebiendo cerveza, vino y whisky.
8.- No viajar en coche o automóvil con ningún hombre excepto su hermano o su padre.
9.- No vestir ropas de colores brillantes.
10.- No teñirse el pelo.
11.- Usar al menos 2 enaguas.
12.- No usar vestidos que queden a más de cinco centímetros por encima de los tobillos.
13.- Mantener limpia el aula:
Barrer el suelo al menos una vez al día.
Fregar el suelo del aula al menos una vez por semana con agua caliente.
Limpiar la pizarra al menos una vez al día.
Encender el fuego a las 7:00, de modo que la habitación esté caliente a las 8:00 cuando lleguen los niños.
14.- No usar polvos faciales, no maquillarse ni pintarse los labios.
Y por si eso no fuera suficiente, estaba el hambre del maestr@:
Hasta 1901, fecha en que el Conde de Romanones acometió desde el Poder decisivas reformas en la Instrucción Pública, la condición de la mayoría de los maestros españoles era de extrema indigencia. La retribución del Magisterio corría a cargo de los Ayuntamientos, y debido a que éstos carecían de los recursos necesarios, de hecho, en ocasiones llegaba a adeudarse a los maestros hasta cinco años de sueldo, algunos llegaron a morir de hambre y otros vivían de la caridad pública. Por ello llegó a hacerse proverbial el dicho comparativo: pasar más hambre que un maestro de escuela, que actualmente se mantiene en uso para aludir el mal pasar de una persona determinada.
Por Real Decreto de 26 de octubre y Ley económica de 31 de diciembre de 1901, pasaron al presupuesto del Estado las atenciones de primera enseñanza, excepto las de Vascongadas y Navarra.
Con anterioridad a la Reforma de Romanones se popularizó en España este cantar que entonaba la Murga gaditana:
El ministro de Fomento...
¡huy qué portento!...,
dice que les va a pagar...,
¿será verdad?..,
a los maestros de escueta...,
¡viva su abuela!...
toda la paga atrasá.
Referencia: http://enredando.org.ar./ “Origen de algunas expresiones coloquiales” - Julia Panizo Rodríguez
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Manuel Herrero -