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FRANZ

MUJERES ESCANDALOSAS

MUJERES ESCANDALOSAS

Han sido muchas las mujeres que a lo largo de la historia con su forma de vida provocaron el escándalo entre la sociedad de la época en que vivieron. Como muestra una brevísima historia de la vida de cuatro de esas mujeres, de triste final: Alphonsine Plessis , Camille Claudel, George Sand y Mary Shelley.

 

Alphonsine Plessis  

Tentación de los hombres.
 

Fue La dama de las camelias, la que revitalizó el gusto universal por el cotilleo. Se hizo mundialmente célebre con dos nombres que no fueron el suyo: Margarita Gautier, La dama de las camelias, y Violeta Valery, la Traviata: los nombres de la novela del hijo de Dumas y de la ópera de Verdi, que inmortalizaron su breve existencia de excesos y descarríos. Conoció la cárcel por vagabundeo y a los catorce años dio a luz a un niño del que se pierde todo rastro. Un tabernero enriquecido la convierte en mantenida y desde ahí levanta el vuelo hacia las altas esferas: ya no será Alphonsine Plessis, sino Marie Duplessis. Inteligente, hábil y ansiosa por medrar, se convierte en amante del duque de Guisa. Como la Greta Garbo que la encarnó en la película de George Cukor, era una mujer de carne trémula y huesos blandos. Prostituida por su propio padre desde la adolescencia, a los 16 años era una de las cortesanas más cotizadas de Francia. Esbelta, pálida y etérea, vivía rodeada de flores; pero no soportaba el aroma de las rosas y acostumbraba a usar camelias sin olor. Decían que padecía un mal del pecho. Ello no le impidió tener multitud de amantes. Uno de ellos fue Alejandro Dumas hijo, que tenía entonces 20 años y que se arruinó por causa de esa pasión. El escritor rompió su relación con una misiva que decía: "No soy lo bastante rico para amarte como quisiera, ni tan pobre como para que ames como quisieras". 

 

Cuando Dumas la dejó, se relacionó con el compositor Franz Liszt. Se decía que gastaba cien mil francos de oro al año y admitía que su único defecto era mentir, porque "las mentiras conservan blancos los dientes". Un año antes de morir aceptó una oferta de matrimonio del conde Perregaux. Se casaron en Londres, se separaron pocos días después. Tenía 23 años y mientras el bulevar de la Madeleine, en donde vivía, se llenaba de gente celebrando el carnaval, la dama de las camelias agonizaba. Dos meses después, Alejandro Dumas hijo se encerró en un cuarto de hotel para tomar la pluma y escribir la novela que a él lo haría famoso y a ella inmortal.


Camille Claudel

Loca de amor


Vivió los últimos treinta años de su vida encerrada en un manicomio. Su vida y su obra estuvieron influidas hasta el delirio por la poderosa sombra del escultor Rodin. Lo conoció en París cuando ella era apenas una adolescente y él tenía 43 años y ya era un triunfador. Camille colabora con el maestro y el arrebato artístico deriva hacia el amor tóxico. Su historia de amor se confunde con la fiebre creadora y es imposible saber quién influye en quién. Les separan 24 años y les une la vocación y el deseo. Rodin había alquilado para ambos la morada romántica del Clos Payen, que había acogido a George Sand y Alfred de Musset. Allí la felicidad se eclipsa con las tormentas de los celos, porque Rodin nunca dejó a su eterna amante Rose Beuret. 

 

Camille se va, vende muy poco y malvive. En 1891 se encuentra con el músico Debussy, pero ese amor no supera los balbuceos, porque sigue prisionera del recuerdo de Rodin. Camille enloquece, destruye sus obras, se siente perseguida y, cuando muere su padre, en 1913, la encierran en un manicomio. A Rodin le quedan cuatro años de vida. A ella treinta; pero no de vida, sino de demencia, soledad y nostalgia. Cuando murió en el manicomio de Montdevergues, en 1943, nadie reclamó su cadáver, ni siquiera su hermano el famoso escritor Paul Claudel. Fue sepultada en una fosa común.

 

George Sand

Perpetua insatisfecha


George Sand publicó más de 140 novelas sobre la sociedad y sobre la pasión de las mujeres. Sabía bien de lo que hablaba porque fue una mujer apasionada. Divorciada del barón Casimir Dudevant, con quien se había casado a los 18 años y de quien tuvo dos hijos, empezó a vestirse con trajes masculinos para poder circular libremente por algunos ambientes de París vetados a las mujeres. Aurora Dupin, que ése era su verdadero nombre, tomó su seudónimo de su amante Jules Sandeau, luego vivió amores turbulentos con Franz Listz o Alfred de Musset. De entre sus amantes múltiples, destacó su amor por Chopin, un amor entre loco y maternal. Con él vivió nueve años y fue su musa, su amante y su enfermera. Con él viajó a Valldemosa en donde escribió "Un invierno en Mallorca". Lo abandonó poco antes de que el músico muriera de tuberculosis. 

 

La imagen de la George Sand devorahombres se impuso a la de la escritora severa, disciplinada y con talento. Aurora Dupin, fue sobre todo, una mujer torturada por la insatisfacción sexual y una gran experimentadora que primero vivía y ensayaba y después escribía. Escribió que "la inteligencia busca, pero quien encuentra es el corazón", lo que confirma su romanticismo absoluto. Su temple inoxidable la convertiría en una avanzada del feminismo, musa de los románticos y piedra de escándalo de la buena sociedad parisina. Murió de una oclusión intestinal a los 71 años.


Mary Shelley

La vida torrencial 
 

La que habría de ser figura prominente del romanticismo, nació como una heroína de cuento gótico, concebida en un amor proscrito y alumbrada entre portentosas tempestades. A los 16 años se fue a vivir con el poeta Percy Shelley, que estaba atrapado en un matrimonio desgraciado con una rica baronesa que acabaría suicidándose. La boda de Mary con Shelley provocó escándalo y la pareja fue expulsada de los círculos de la buena sociedad. Vivieron en Italia y allí conocieron la tragedia cuando se murieron sus dos hijos pequeños. Cuando Mary Wollstonecraft tenía 19 años pasó parte del verano en Ginebra, con Shelley y lord Byron. La casa estaba en la orilla del lago Leman y aquel verano de 1816 se enturbió con tempestades melodramáticas y lluvias torrenciales. Ese tiempo hechizado contribuyó a la génesis de Frankenstein, que Mary publicó en enero de 1818.
 

No mucho después, Shelley se ahogó. Mary tenía 24 años y su marido la dejó sin un penique y con un hijo de dos años. La pobreza le obligó a volver a una Inglaterra puritana que le reprochaba su libertad. A los 48 años se convirtió en una inválida y murió de un tumor cerebral.

 

Referencias: "Las escandalosas" : Veinte mujeres que han hecho historia-Patricia Carrano / "Magazine El Mundo" - Diez mujeres con historia escandalosa – Gonzalo Ugido

 

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