BLANCA/DORADA Y DE OCHO LADOS
Sobre las tres pirámides de la necrópolis de Giza, las tumbas reales de los faraones, que los griegos llamaron con sus nombres helenizados Keops, Kefrén y Mikerinos, existe multitud de información, tanto de su construcción (Ver http://iessuel.org/ccss/images/piramides.swf ) como de los misterios y leyendas que las rodean. Pero hay dos aspectos poco conocidos por la mayoría: el acabado exterior de la Gran Pirámide de Keops, y su forma geométrica.
El historiador griego Herodoto de Halicarnaso visitó Egipto en el Siglo V a. C., más de 2.000 años después de la construcción de la Gran Pirámide, habla en su II Libro de la Historia, basándose en relatos orales, de pirámides rematadas con la estatua sentada del faraón, y así supone que terminaría inicialmente la pirámide de Keops, que cuando él visitó ya había sido devastada por la acción del tiempo. Aunque las pirámides no tienen señales de haber sostenido figuras de ninguna especie, y sus formas no parecen la más adecuada para ello. Herodoto menciona asimismo que la Gran Pirámide, estaba cubierta de inscripciones
El revestimiento de la Gran Pirámide de Giza, la mas emblemática de las pirámides de Egipto, fue realizado con grandes bloques de piedra caliza blanca , esmeradamente cortados y pulidos, procedentes de las canteras de Tura, nombre de una pequeña localidad situada cerca de Menfis. Además, la pirámide quedaba rematada en su parte superior, con el “pyramidion” una pequeña pirámide de basalto o granito de una sola pieza, que solía cubrirse con láminas de oro , y que simbolizaba el sol.
El revestimiento existió hasta principios del siglo XIV, cuando un terremoto desprendió parte del revestimiento calizo y posteriormente los turcos otomanos utilizaron dicho revestimiento para la construcción de edificaciones en El Cairo. El pyramidion desapareció.
Así pues, originalmente, la Gran Pirámide estaría exteriormente recubierta de piedra caliza blanca pulida , cubierta de inscripciones, con la parte superior coronada con el pyramidion dorado. Reflejando el sol del desierto, debió ser un imagen mágica e irreal, muy alejada de lo que puede contemplarse hoy.
Otra de las cuestiones poco conocidas se refiere a la forma geométrica de la Gran Pirámide. Fue el arqueólogo inglés Flinders Petrie quien descubrió que este monumento, erigido hacia el año 2550 a.C., no es una pirámide de cuatro lados al uso. En realidad, la Gran Pirámide tiene ocho caras, ya que cada uno de sus lados está dividido en dos por el centro (apotema), de tal manera que cada cara se hunde levemente (en un ángulo de 0 grados 27 minutos) hacia el interior de la construcción.
Se argumenta que así se evitaba el derrumbamiento de la pirámide; que si se colocó una piedra guía más grande que las demás en el centro de cada cara, en la apotema, una vez retirada queda el hueco que hoy podemos ver; también se ha dicho que su propósito era que el núcleo del edificio se uniera al revestimiento exterior de una forma más sólida o incluso que es producto del azar debido al desgaste de las piedras que se lanzaban desde el vértice de la construcción en la época de los saqueos, cuando el monumento era utilizado como cantera improvisada.
Pero es el egiptólogo francés André Pochan , en su obra clásica El enigma de la Gran Pirámide (1971) quien describe por primera vez el efecto lumínico que se observa en la Gran Pirámide en el momento exacto en el que se producen los equinoccios (21 de marzo y 21 septiembre), y deduce que la concavidad de las caras de la Gran Pirámide sirve de anuncio de los equinocios.
Como su orientación a los puntos cardinales es extremadamente precisa, este detalle hace que durante los equinoccios se proyecte en la pirámide un juego de luces realmente singular. Al salir el Sol por el Este y al ponerse por el Oeste, las caras-dobles norte y sur de la Gran Pirámide permanecen con una mitad en sombra y otra iluminada. Esto ocurre justo en la salida y en la puesta del Sol. Pochan señaló también que en ese preciso instante una especie de relámpago luminoso rodea la pirámide. De ahí que desde entonces se denomine “efecto relámpago”, si bien es cierto que este detalle nunca ha podido ser constatado.
Un sorprendente fotografía de las pirámides de Guiza realizada por un avión de la Royal Air Force (RAF) británica , oficialmente el 21 de marzo, equinoccio de primavera en el hemisferio norte, a la 18:00 horas de 1934, (posteriores investigaciones han puesto en duda su autenticidad o al menos que la fecha en la que fue tomada no coincide con la citada por Pochan), mostraba claramente como la cara sur de la pirámide de Keops, no así la de Kefrén, situada al lado, se dividía en dos triángulos menores, uno iluminado por el sol y el otro a oscuras.
Pero sobre lo que no hay duda es que la planta de la Gran Pirámide , en la parte conservada, no tiene forma cuadrada como comúnmente se cree, sino octogonal, de estrella de cuatro puntas, y la pirámide no tiene cuatro caras, sino ocho.
Referencias: El enigma de la Gran Pirámide-Andrés Pochan-Editorial Plaza & Janés / http:// egiptologia.com/ http://poeticamentedespierta.blogspot.com /http://www.masalladelaciencia.es
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