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FRANZ

SUEÑOS DE GATO

SUEÑOS DE GATO

 

 

Gatos y personas tienen una pauta diferente de sueño. Salvo en situaciones excepcionales, mientras el ser humano limita su tiempo de dormir a un solo y prolongado período de, aproximadamente, ocho horas cada noche, los gatos duermen muchísimo más y de forma diferente y, así en un plazo de veinticuatro horas, se pasan durmiendo unas dieciséis, es decir, el doble del período humano. Esto significa que un gato de nueve años, que se aproxima ya al final de su vida, habrá estado sólo despierto durante un total de tres años.

 

Éste no es el caso de la mayoría de los otros mamíferos, que coloca al gato en una categoría especial: la de un cazador refinado. El gato es tan eficiente en conseguir sus alimentos altamente nutritivos, que le sobra el tiempo para dedicarse al ocio empleando este tiempo en dormir y, aparentemente, en soñar. Otros carnívoros, como los perros y las mangostas, gastan mucho más tiempo dando vueltas de acá para allá, buscando y persiguiendo. El gato se sienta y espera, anda un poco, mata y/o come, y luego se adormece como un gourmet bien saciado. Cabe decir que nadie se queda dormido tan de prisa como un gato.

 

Existen tres tipos de sueño felino: la siesta corta, el sueño ligero, algo más largo y el sueño profundo. El sueño ligero y el sueño profundo se alternan en turnos característicos. Cuando el animal se echa para dormir una siestecita, flota en una fase de sueño ligero que dura media hora. Luego coge un sueño más pesado y, de seis a siete minutos, experimenta un sueño profundo. Luego vuelve a otra fase de treinta minutos de sueño ligero, y sigue así hasta que, llegado el caso, se despierta.

 

Durante los períodos de sueño profundo el cuerpo del gato se relaja tanto que se tumba de lado, y éste es el momento en que parece estar soñando, con frecuentes retorcimientos y vibraciones de las orejas, garras y cola. La boca puede efectuar movimientos de succión e incluso se presentan ocasionales vocalizaciones, junto a ronroneos y murmullos en general. También se producen explosiones de movimientos rápidos de los ojos, pero, mientras tanto, el resto del cuerpo del gato permanece inmóvil y totalmente relajado.

 

Al principio de su vida, cuando es un gatito muy joven, en su primer mes, experimenta sólo este tipo de sueño profundo, que dura un total de unas doce horas de cada veinticuatro. Tras el primer mes, los gatitos cambian con rapidez a la pauta de los adultos.

 

Referencia: Observe a su gato-Desmond Morris-Editorial Plaza & Janés. 

4 comentarios

Cristina García -

Hola Jemaba!!, así que por aquí estabas, ahora que losé y dispongo de mas tiempo otra vez, me pasaré a verte, me alegra volver a ver, al menos en los comentarios al profesor Franz :)
Besos de replicante ;)

Itxi -

Prefiero huir de las iras fanáticas y quedarme con el respeto que se nos tenía en el Antiguo Egipto.

jemaba -

En realidad a los humanos, lo que les gustaría ser es un gato doméstico en tiempos acuales.En otros tiempos no, cuando fueron objeto de sus iras fánaticas ( puedes leer esa triste historia en este mismo blog)

Itxi -

No entiendo a los humanos, cuando menosprecian nuestra inteligencia. Nosotros sabemos adaptarnos a vivir domésticamente, pero sin perder nuestra dignidad, ¿es eso lo que les molesta?
Me voy a dormir y a soñar!