El fruto prohibido
El Paraíso terrenal de Adán, el Jardín de Edén, fue situado al principio en la "Montaña de Dios", el monte Safón de Siria; luego en Hebrón, en un tiempo el valle más fértil de la Palestina meridional y famoso por su santuario oracular; después en Jerusalén, cuando el rey David trasladó allá su capital; y durante el cautiverio de Babilonia a la entrada del Golfo Pérsico, un delta regado por cuatro corrientes principales: el Tigris, el Eufrates, el Coaspes y el canal Pallakopas.
Y dice la Biblia que tras instalar a Adán en el exuberante jardín del Edén, Dios le dio derecho al pleno disfrute de todas sus delicias terrenales, con una sola excepción:
De cualquier árbol del jardín puedes comer, más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás, porque el día que comieres de él, morirás sin remedio (Gén. 2:16-17).
Pero nada se dice sobre la especie a la que pertenecía el árbol. ¿ Cuál pudo ser entoces el primer fruto prohibido de la humanidad?
Sobre dicho fruto hay varias versiones, que tienen en cuenta el tipo de árbol que abundaba en la supuesta ubicación del Jardín del Edén.
Los eruditos hebreos se inclinan por la granada, y señalan para ello las referencias históricas. El rey Salomón tenía un gran campo de granados, y se han encontrado granadas carbonizadas en una tumba de Jericó que data de la Edad de Bronce, y era también una granada el fruto que adornaba las túnicas de los sumos sacerdotes.
Esta fruta redonda, de corteza roja y coriácea, abundante en semillas y de jugosa carne comestible, se venía cultivando en Egipto desde mucho antes de la época de Moisés. Cuando los judíos erraban por el desierto en su éxodo, recordaban con nostalgia las granadas de Egipto, y se sintieron alentados cuando los exploradores enviados a Canaan trajeron esta fruta de aquella “tierra de trigo y cebada, de vides, higueras y granados”.
Los eruditos cristianos se inclinan por la manzana. La manzana es uno de los primeros frutos que se cultivaron en Asia Menor ,ya en los alrededores del año 1.200 a.c. Manzanas carbonizadas, duras como una piedra, negras como el hollín y con el aspecto de pedazos de carbón, se han desenterrado y fechado hacia el 6.500 a.c.
Pero la manzana entró en la competición para el árbol del Edén un poco tarde, cuando los artistas cristianos comenzaron a representar gráficamente la historia bíblica. Para entonces, los griegos habían convertida en mitológica la “fruta dorada”, del árbol de las manzanas de oro del Jardín de las Hespérides.
Entre los canditados a fruto prohibido el higo fue de los más populares, los comentaristas biblicos se basan en el hecho de que una vez probado el fruto prohibido Adan y Eva se dieron cuenta de que iban desnudos “y se cubrieron con hojas del mismo árbol del cual habían tomado la fruta” (Tertuliano, siglo II-III d. c.). Parece ser que hubo una etapa de convivencia de ambas tradiciones (manzanas e higos) pues en muchas miniaturas medievales se representa a Eva y Adán tomando el fruto de una higuera.
El Corán por su parte afirma que el fruto prohibido fue una banana, que en realidad, botánicamente, no es un fruto sino una hierba.
El Corán se compuso en el siglo VII e.c, dictado por el ángel Gabriel al profeta Mahoma, y éste es precisamente el periodo en el que los comerciantes árabes disfrutaban de un próspero negocio de exportación de bananas. De hecho, fueron los árabes los que introdujeron la banana en Oriente Próximo y en el norte de Egipto, todo ello el siglo VII. Era una fruta popular en los tiempos de Mahoma y quizás por eso se incluyó en el texto sagrado.
¿Granada? ¿Manzana? ¿ Higo? ¿Banana?. El enigma continúa.
Referencia: Los orígenes sagrados de las cosas profundas- Ediciones Obelisco-2002- Charles Panati
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