ALIMENTO PECTORAL
Es curioso , dentro de la historia de la gastronomía, conocer la primera alimentación de los hijos de reyes y nobles en el Siglo de Oro en España , que se prolongó hasta bien entrado el siglo XX, , y que no era otra cosa que leche humana facilitada por mujeres cuidadosamente seleccionadas conocidas como nodrizas.
Pese a las recomendaciones desde muy antiguo de los galenos sobre la inconveniencia de no dar de mamar a los hijos, las mujeres de las clases opulentas del país prefería, por comodidad y por estatus, tener esta servidumbre que por regla general acompañaban a sus hijos durante toda su vida, formando parte casi familiar del niño/a amamantado.
En 1504 se edita un libro de Juan de Huarte de San Juan (¿1529-1588) titulado "Examen de ingenios para las ciencias" dedicado a Felipe II, en el que para buscar una buena nodriza , se hacen recomendaciones tan extravagantes como las que siguen:
"Tercero que conviene es buscar un ama moza, de temperamento caliente o seca, o (según nuestra doctrina) fría y húmida en el primer grado, criada a mala ventura, acostumbrada a dormir en el suelo, a poco comer y mal vestida, hecha a andar al sereno, al frío y al calor"
Esta tal hará la leche muy firme y usada a las alteraciones del aire, de la cual manteniéndose muchos días los miembros del niño, vernán a tener mucha firmeza. Y si es discreta y avisada, le hará mucho provecho al ingenio; porque la leche de ésta es muy enjuta, caliente y seca, con las cuales dos calidades se corregirá la mucha frialdad y humidad que el niño sacó del vientre de su madre.
Cuánto importe a las fuerzas de la criatura mamar leche ejercitada, pruébase claramente en los caballos, que, siendo hijos de yeguas trabajadas en arar y trillar, salen muy grandes corredores y duran mucho en el trabajo; y si las madres están siempre holgando y paciendo en el prado, a la primera carrera no se pueden tener.
El orden, pues, que se ha de tener con el ama es traerla a casa cuatro o cinco meses antes del parto y darle a comer los mesmos manjares de que usa la preñada; para que tenga lugar de gastar la sangre y los demás humores que ella tenía hechos de los malos alimentos que antes había comido, y para que el niño, luego en naciendo, mame la mesma leche de que se mantuvo en el vientre de su madre, a lo menos hecha de los mesmos manjares".
En 1541 se edita un libro escrito por Damián Carbón titulado ’Libro del Arte de las Comadres y del Regimiento de las premiadas y paridas y de los niños", libro importantísimo porque es el primer tratado en castellano sobre obstetricia y ginecología, pese a que su autor jamás asistió a un parto, en el que se hacen las recomendaciones pertinentes para hacer una buena elección de estas mujeres lecheras y donde menciona que además de un agradable aspecto deben de tener buen carácter y no ser tristes ni tímidas, ya que estas cualidades influían en los amamantados por lo humores que se transmitían por medio de la leche.
En 1629 se publica en Jaén un tratado de Juan Gutiérrez de Godoy, médico del Cabildo de la Catedral, que lleva por título: ’Tres discursos para probar que están obligadas a criar sus hijos a sus pechos todas las madres, cuando tienen buena salud, fuerzas y buen temperamento, buena leche y suficiente para alimentarlos".
Este pequeño tratado se divide en tres partes bajo los siguientes epígrafes: "La leche de las madres estando sanas es la mejor"; "Cuanta crueldad y desamor es no criar las madres a sus hijos. Carecen de piedad y religión"; "Graves daños e inconvenientes se siguen de criarlos con leche agena".
La importancia que tenían estas mujeres es tal que en el recibimiento que se les hace en palacio se les presenta a los reyes, y la primera noche cenan con la Camarera Mayor, teniendo beneficios especiales, como el privilegio de hidalguía con exenciones de tributos o cargos para sus hijos en la Casa Real. Actuaban hasta el destete de la criatura, que solía ser sobre los tres años de edad, por lo cual se les recompensaba no sólo con un sueldo, sino también con abundante comida y el alojamiento.
Por ejemplo a la nodriza de la Infanta Margarita, la que posa en lugar central del cuadro de Velázquez las Meninas, se le da las siguientes raciones de comida: 4 gallinas, 4 libras de carnero, 1/4 de tocino, dos de fruta, 2 panes de boca, 12 1/2 libras de carbón, 1 1/3 onzas de cera, 2 2/3 onzas de sebo y al mes media libra de pimienta, 2 de azafrán y 100 ducados.
En la Casa Real española, la última vez que se tiene noticias de estas mujeres es en un informe de Jefe de Cocinas de Alfonso XIII donde se puede leer, en francés, lo que se les sirva a las tres nodrizas, una matrona, dos doncellas y tres domésticas como desayuno: 9 panes largos, 5 papeles de a doce de biscuit, 10 onzas de chocolate, 2 litros de leche, dos litros de café, 9 coquilles de mantequilla, 36 galletas variadas, 14 huevos frescos, 25 picatostes, 2 piezas de azucarillos y azúcar gras, 1 plato de carne fría. Como almuerzo para las institutrices y ama según menú de los señores, además cocido todos los días para el ama y 8 manzanas asadas todas las semanas.
Como se puede comprobar, ser nodriza de casa real/noble no era poca cosa.
Referencia: “Los primeros alimentos de reyes y nobles en el Siglo de Oro en España: Las nodrizas” -Carlos Azcoytia
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