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FRANZ

LA CASA DE LOS HORRORES

LA CASA DE LOS HORRORES

Que la realidad del horror supera al de ficción, es de sobras conocido. Lo curioso del caso es que muchas veces el horror real ha sido conocido gracias a su representación cinematográfica. Ese es el caso de películas sobre asesinos en serie, como Psicosis, La matanza de Texas o El silencio de los corderos, inspirados en la historia de un hombre real, cuya imagen acompaña el artículo, llamado Edward Theodore Gein.

Ed Gein, nace el 27 de agosto de 1906, en Plainfield de Wisconsin (EEUU), y es el hijo menor de una madre perturbada obsesionada por la religión y por la sociedad que la rodeaba, en su opinión llena de lascivia, mentiras y pecado, y de un padre alcohólico que los maltrataba .

Ed vive su infancia en un ambiente represivo, absolutamente dominado por su madre  y prácticamente sin contacto con los chicos de su edad. Pronto se convierte en un hombre solitario, excéntrico y tímido. A los 39 años muere su madre, y unos años más tarde su padre y hermano, y se convierte en el único habitante de la aislada granja familiar, situada a pocos kilómetros de Plainfield.

El 8 de diciembre de 1954, desaparece Mary Hogan, propietaria de una taberna de Plainfield. Las manchas de sangre y las pistas existentes no permiten encontrar al culpable, y el caso es archivado. Tres años más tarde y con los mismos signos de violencia en el local,  desaparece Bernice Worden, dueña de la ferretería del pueblo. Esta vez, sí se encuentra una pista importante: el nombre de Ed Gein anotado por  Bernice Worden  como última venta en el libro de contabilidad del establecimiento. 
 

Se detiene a Ed Gein, ese hombre de complexión débil, mediana edad, pelo rubio y ojos azules, considerado por los vecinos como trabajador, cumplidor y fiable, aunque algo excéntrico, y se procede  a realizar un registro en la granja familiar en la que vive.

Al abrir la puerta, ven el cuerpo de Bernice colgado de un gancho por el tobillo y con el  otro pie sujeto con alambre a una polea. Su cuerpo se encuentra abierto desde el pecho hasta la base del abdomen, y las tripas brillan como si las hubiesen lavado y limpiado.

Por todas partes se ven montañas de basura y desperdicios, cajas de cartón, latas vacías, herramientas oxidadas, excrementos, revistas pornográficas, de terror y de anatomía humana, chicles pegados en las tazas y una dentadura sobre el mantel de la mesa. En la cocina encuentran  un corazón en una sartén y varios cráneos esparcidos por el suelo, algunos sirven de cuencos para sopa y otros para ceniceros.

Una inspección más detenida revela que una de las sillas de la cocina esta hecha con piel humana, así como las pantallas de las lámparas, las papeleras y las fundas de los cuchillos. También encuentran, entre otros horrores, prendas de vestir, como unos pantalones hechos de piel humana, un chaleco hecho de pechos y vaginas, un cinturón formado con pezones humanos y un collar hecho a base de labios humanos.

También se encuentran unas cajas con restos humanos pertenecientes a diferentes cuerpos sin identificar, el corazón y la cabeza amputada de Bernice Worden en una bolsa de plástico y una colección de nueve máscaras de piel humana con el pelo intacto, de las cuales, cuatro colgaban en la pared que rodeaba la cama de Gein.

La única habitación de la casa que parece normal es una con la puerta sellada con tablones clavados y perfectamente ordenada... la de su madre. Desde que su madre muriera en 1945 , doce años antes, la habitación había estado cerrada como un sepulcro. Ed explica a la policía después de su detención que después de su fallecimiento, su madre se mantuvo en contacto con él durante más de un año, hablándole mientras se adormecía. Dice que  había sido en esa época cuando desarrolló su fascinación por la anatomía. Le fascinan los reportajes sobre la operación de cambio de sexo y se plantea el convertirse él mismo en mujer.
 

Gein declara que tan sólo recuerda, muy confusamente, haber matado a Bernice Worden, y que los demás restos humanos que se habían hallado en la granja pertenecen a nueve cadáveres que había sacado del cementerio. Explica que en los últimos años sentía de vez en cuando la necesidad de profanar tumbas; leía en los periódicos muertes recientes , sacaba los cadáveres y rellenaba de nuevo la tumba.

Muchos de los objetos domésticos y muebles que se descubren a raíz del arresto de Gein, proceden de profanaciones de tumbas. Unas veces arrastra cadáveres enteros hasta su casa, otras corta las partes que considera más interesantes y se las lleva como recuerdo.

El 30 de marzo de 1958 la casa de Gein es cerrada, después de correrse el rumor de que estaba destinada a convertirse en una atracción para turistas como la Casa de los Horrores. Poco tiempo después, la casa acaba totalmente destruida por un incendio, al parecer intencionado. Lo único que se salva es  su camioneta Ford , que se vende en una subasta pública para ser utilizada en ferias locales con un letrero que anuncia: “¡El coche de Ed Gein! Vea el coche que transportó a los muertos de las tumbas! “

Los médicos del hospital Central del Estado deciden que el asesino no está capacitado para ir a un juicio y es internado en un hospital psiquiátrico. Cuando después de un juicio que dura una semana, se le declara culpable de dos asesinatos, al aducirse su locura, es de nuevo internado.

Gein muere por insuficiencia respiratoria el 26 de julio de 1984, tras décadas de reclusión en una unidad psiquiátrica, donde resultó ser un paciente modelo. En la actualidad, sus restos descansan en el cementerio de Plainfield, al lado de los de su madre.

 

Referencias: “ Psycokillers”-Jesús Palacios/ Psicokillers, asesinos sin alma”-Juan Antonio

1 comentario

mediterránea -

No sé si después de lo leído seré capaz d esoñar con los angelitos...
Horrible la historia, pero más horrible todavía la perversa curiosidad de quienes pagaban por ver la furgoneta del tal Ed.