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FRANZ

La escoba de las brujas

La escoba de las brujas

Entre 1450 y 1750 se produjo e toda Europa uno de los episodios más negros de su historia, conocido como la gran caza de brujas, que condujo a la acusación, procesamiento y ejecución de miles de personas pr supuestas prácticas relacionadas con la magia negra.

 

La autorización legal para ello llega el 5 de diciembre de1484, cuando el Papa Inocencio III firma la bula Summis desiderantes effectibus y por primera vez en la historia se legitima la persecución de mujeres sospechosas de brujería, al equiparar el maleficio a la herejía y hacerlo caer en la esfera de competencia inquisitorial.

 

Amparados e la bula papal, los monjes dominicos inquisidores alemanes Heinrich Kraemer y Jcob Springer publian en 1487 el libro concocido como Malleus maleficarum o Martillo de brujas, manual de inquisidores que ha sido definido como un monumento al disparate teológico y jurídico, obra de misóginos fanáticos y crueles. Se transformó rápidamente en un éxito editorial y alcanzó la treintena de ediciones en tan solo 50 años. El Malleus , sirvió como soporte teológico y asesoramiento legal necesario para instruir las causas de brujería.

 

El libro está dividido en tres secciones, cada una de las cuales plantea preguntas específicas y se propone responderlas a través de argumentos contrarios.

 

La Parte I busca probar que la brujería o hechicería existía. Detalla cómo el Demonio y sus seguidores, las brujas y hechiceros, perpetran una plétora de males «con el permiso de Dios Todopoderoso». Más que explicar esto como un castigo, tal como muchas autoridades eclesiales de la época hacían, los autores de este libro proclaman que Dios permite estos actos, con tal que el Diablo no gane poder ilimitado y destruya el mundo.

 

Parte de esta sección explica por qué las mujeres, por su supuesta naturaleza más débil e intelecto inferior, son por naturaleza más propensas a la tentación de Satán que los hombres. El propio título del libro contiene la palabra maleficarum, la forma femenina del sustantivo, y los escritores declaran (incorrectamente) que la palabra femina (mujer) es una derivación de fe+minus, sin fe (o infiel, o desleal).

 

La Parte II del Malleus Maleficarum describe las formas de brujería. Esta sección detalla como las brujas lanzan hechizos, y cómo sus acciones pueden ser prevenidas o remediadas. Un fuerte énfasis se le da al Pacto con el Diablo y la existencia de brujas es presentada como un hecho. Muchos de las informaciones del libro de hechizos, pactos, sacrificios y cópula con el Diablo fueron obtenidos (supuestamente) de juicios inquisitoriales llevados a cabo por Sprenger y Kramer.

 

La Parte III detalla los métodos para detectar, enjuiciar y sentenciar o destruir brujas. La tortura en la detección de brujas es vista como algo natural; si el brujo o bruja no confesaba voluntariamente su culpa, la tortura era aplicada como un incentivo para confesar. Los jueces eran instruidos para engañar al acusado de ser necesario, prometiendo misericordia por la confesión.

 

Esta sección también habla de la confianza que se puede poner en los testimonios de los testigos y la necesidad de eliminar acusaciones maliciosas, pero también sostiene que el rumor público es suficiente para llevar a la persona a juicio y que una defensa demasiado vigorosa es evidencia de que el defensor está embrujado. Hay reglas acerca de cómo prevenir que las autoridades sean embrujadas y el consuelo de que, como representantes de Dios, los investigadores están protegidos de todos los poderes de las brujas.

 

Uno de las leyendas más conocidas sobre las brujas, era su capacidad de volar montadas en una escoba para acudir a sus citas diabólicas. Y la realidad es que el vuelo existía en ocasiones, pero se trataba de un vuelo mental, no físico.

 

Las llamadas brujas o hechiceras, eran grandes conocedoras de las propiedades de las plantas,  y utilizaban especialmente algunas como el estramonio, la mandrágora, el beleño o la belladona, que en forma de preparado  sumían al usuario en un profundo trance, anulando su memoria y provocándole visiones o, mejor dicho, auténticas alucinaciones  que al despertar creería reales.

 

Según la parte del cuerpo en donde se aplicara el “ungüento diabólico” variaba la intensidad de sus efectos, puesto que dependía del grado del grado de absorción.

 

En la actualidad sabemos que la escoba de las brujas del ayudaba a volar, pero no de la manera tradicional que se suele describir. Era el mango, utilizado como aplicador, el que ayudaba a llegar al ungüento a las partes más profundas de la vagina, zona mucusa muy irrigada por el riego sanguíneo, que facilitaba la rapidísima absorción y los efectos casi inmediatos.

 

Una vez pasados los efectos, la usuaria relataba como reales , sus alucinaciones. Y de ahí ,a la hoguera, solo había un paso.

 

Referencia: Wikipedia / “Las brujas en el mundo”- Mássimo Centini- Editorial de Vecch- S.A.U-2002 / “Historia de las hierbas mágicas y medicinales” –María Rey Bueno -Ediciones Nowtilus  S.L.- 2008

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