EL LADO OSCURO DE HERGÉ/TINTÍN
Espero y confío que el presente artículo, escrito con motivo del centenario del nacimiento de Hergé, padre de Tintín, no provoque las iras de algún “tintinólogo”, que son gente de linea clara pero radical, y muy susceptibles cuando se tocan, aunque sea de refilón, sus asuntos.
Georges Remi, más conocido por su seudónimo artístico: Hergé (en realidad es la transcripción fonética de las dos iniciales de su nombre, G.R., leídas en francés y en orden invertido), nació el 22 de mayo de 1907 en un arrabal de Bruselas (Bélgica).
Aunque el propio Hergé cuenta en numerosas ocasiones que en la escuela había sido un mediocre alumno de dibujo, lo cierto es que muy pronto sobresale en esa asignatura. Tanto que no tarda en empezar a publicar dibujos y caricaturas en las revistas del movimiento boy-scout católico, en el que entra cuando tenía 13 años. Ese universo religioso profesa un culto a la juventud y a la pureza a través de la camaradería masculina y del ejercicio en la naturaleza , que va a constituir la base ideológica de la evolución de buena parte de la juventud centroeuropea hacia posiciones fascistas en los años 20.
La primera vez que Georges Remi firma un dibujo como Hergé fue en 1924, en la revista Le Boy-Scout. Colabora en revistas, y consigue trabajo en la revista de la extrema derecha católica Le Vingtième Siècle, pero como oficinista del servicio de suscripciones, sin poder publicar sus dibujos más que en las revistas scouts. La situación se mantiene hasta que el editor de Le Vingtième Siècle, el abate Wallez, un abate ultramontano, tan admirador de Mussolini como furibundo antisemita y anticomunista, le ofrece pasar a la sección de reporteros e ilustradores, convirtiéndose para él en una especie de padre espiritual.
Es Wallez quien propone a Hergé transformar en el héroe de una serie de historietas a un joven personaje llamado Totor, de una tira cómica que había publicado en una revista scouts , acompañado de un perro al que llama Milú ( igual que el nombre con el que era conocida la que había sido su novia, Marie-Luise Van Cutsem). Así nace Tintín, cuya primera empresa aventurera, publicada por entregas en Le Vingtième Siècle a partir del 10 de enero de 1929, se titula Tintín en el país de los soviets. Hergé se limita a seguir los argumentos del libro Moscú sin velos, un panfleto anticomunista escrito por el cónsul belga Joseph Douillet. Aunque su personaje es todavía muy esquemático tiene un éxito rotundo.
Hergé no necesita de más argumentos ideológicos que los que su estricta educación y observancia cristianas ya le había imbuido, pero por si faltara algo, de compañero de mesa en el periódico tiene a un impulsivo periodista llamado León Degrelle, que luego aspiraría a convertirse en el führer belga con su partido nazi Rex y que llegaría a ser estrecho colaborador de Hitler, quien le otorgó uno de sus ridículos grados paramilitares, el de sturmbannführer, de las tenebrosas SS. Un sujeto que, tras la derrota del nazismo, vive el resto de su vida en España protegido por el régimen de Franco.
León Degrelle, no sólo no renuncia a su vieja amistad con Hergé, sino que en 1992 recuerda viejos tiempos y publica un libro, rápidamente prohibido, secuestrado e incluso quemado, titulado Tintin, mi compañero, en el que no sólo se reivindica que Hergé se inspira en él para su personaje, sino la ideología fascista de Hergé y de su héroe; y para probarla publica cartas, fotos, testimonios y, ¡horror!, dibujos inéditos de Tintín con el uniforme del ejército belga colaboracionista con los invasores alemanes. Los tintinólogos y administradores de su fundación y obra, que no pueden negar las raíces ultras de su ídolo, achacan aquella etapa a “errores de juventud” y rechazan la mayor parte de las afirmaciones del nazi Degrelle . Hergé por su parte mantiene que el personaje de Tintín está inspirado en las características físicas de su hermano menor, Paul. Sin embargo, lo cierto es que, el país bajo dominación alemana, y cerrados Le Siécle XX y su suplemento Le Petit Vingtiéme por las restricciones de guerra, Hergé pasa a trabajar en el diario colaboracionista de los nazis Le Soir.
Si se alega que cualquiera es libre de tener una opinión política (aunque eso no justifique el “adoctrinamiento” de las mentes infantiles) y que la denuncia del sistema soviético tuviese, pese a su parcialidad, visos de verdad, mucho más difícil de entender es el contenido de algunos de sus álbumes, como por ejemplo Tintín en el Congo.
En él vemos aparecer una ideología colonialista y racista execrable, más aún conociendo el trasfondo de la ocupación belga en el Congo. Tintín trata con desprecio y arrogancia a los ridículos “negritos”, que se maravillan de lo bien que piensa el “señor blanco”. Mientras, el reporter se dedica a masacrar tranquilamente a la fauna local (en un momento “chistoso” acaba de un plumazo con un rebaño entero de gacelas) y alcanzamos cimas del despropósito en unas escenas, posteriormente censuradas, en las que Tintín confunde el llanto de un bebé negro con los ladridos de Milú. Ese era el primer Tintín: oscuro, dogmático, antipático, cafre. Un hombre atrapado por sus propios prejuicios.
La historia comienza a publicarse el 5 de junio de 1930 en Le Petit Vingtième .En 1946, Hergé redibuja totalmente el álbum para pasarlo a color y reducir sus 110 planchas de origen a las 62 páginas que tendrán los álbumes en lo sucesivo. En esta nueva versión a color introduce numerosas modificaciones, suavizando un poco los tintes colonialistas. A pesar de ello, Tintín en el Congo cae en desgracia a partir de los años 50, y se hace bastante difícil de encontrar. Era el conflictivo momento de la descolonización, y el álbum no ees particularmente muy oportuno. Pero curiosamente fue en una revista del Zaire (antes colonia belga Congo) donde reaparece por primera vez la historia, acabando con la cuarentena de Tintín en el Congo.
Una idea del contenido de las aventuras que Hergé escribe y dibuja de Tintín antes de la guerra, es el hecho de que, para poder reeditarlas, las somete a una profunda censura con objeto de adecuarlas al gusto democrático de los vencedores de la Segunda Guerra Mundial, cortando e incluso eliminando secuencias y expresiones con las que, en los dulces años de la juventud, había proclamado su ideología fascista, racista y autoritaria.
Sobre las acusaciones hechas a Tintín, sobre que es soso, machista, racista, fascista, burgués y aburrido, os remito a las peculiares y extensas explicaciones, (cuya lectura para bien o para mal, os recomiendo efusivamente), que el “tintinólogo Alex Tornasol da en http://www.ergocomics.cl
A modo de ejemplo, al referirse al curioso asunto de la ausencia de personajes femeninos entre el círculo íntimos de Tintín, o incluso a si Tintín es marica, escribe Alex Tornasol:
”Sí, pero ¿podría ser de otro modo? Me explicaré. Efectivamente, en las historias de Tintín no aparecen mujeres. Tal vez asome una enfermera, la esposa de un expedicionario o una señora paseando, pero nada más. ¿Una heroína? ¿un amorío? ¡Nunca! El único personaje femenino con importancia es Bianca Castafiore, un loro patudo inaguantable, ignorante, pretencioso y chillón. La perfecta y más demoledora caricatura del Eterno Femenino. ¿Y esto por qué? Los bordurios acusan: ¡es que Hergé era misógino! ¡es que Tintín es marica! Y yo digo: ¡ nada de eso!, la razón de esta ausencia se ve al preguntarse qué aportaría una mujer o un amorío a estas historias. La respuesta es definitiva: ¡NADA! Una mujer entorpece toda acción (que no olvidemos, es de lo que se trata en Tintín), una mujer representa la estabilidad (frente al movimiento y la aventura continua de Tintín y sus amigos), implanta cursilería, sensiblería barata, mojigatería, dogmatismo (frente al liberalismo vital de Tintín), y todo modelo de aventura se limitaría a una simple ensoñación pseudo romántica (frente a la imaginación activa de Tintín).”
Referencia: “El universo de un héroe llamadoTintín” - José Manuel Fajardo / Tebeosfera”-Ignacio Fontes. / http://www.ergocomics.cl
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