DELIRIOS DE LÁTEX
El 27 de junio de 1928 se hizo realidad una utopía comercial del magnate del automóvil Henry Ford (en la imagen) : la fundación de la ciudad de Fordlandia.
La intención era crear la mayor hacienda productora de caucho del planeta, en un millón de hectáreas del corazón de la Amazonia que le cedió el gobierno brasileño a cambio de recibir el 9% de los beneficios obtenidos después de 12 años. Allí , en la Amazonia profunda, a orillas del río Tapajós, una de las regiones más inhóspitas de la Tierra, llevó técnicos de EEUU, maquinaria y casas prefabricadas, y se empeñó en convertir Fordlandia en un EEUU en miniatura , todo ello diseñado desde su despacho de Detroit, ya que él nunca llegó a pisar la Amazonia.
Un campo de golf de nueve hoyos presidía la ciudad. Flamantes casas de madera exhiben jardines de pinos. En el hospital, se acaba de hacer la primera cirugía plástica del Estado. Como cada tarde, se organizan lecturas poéticas de los mejores autores anglosajones para los empleados de la empresa.
Obligaba a los indígenas a usar zapatos. Las hamburguesas reinaban en la dieta. Y las casas, american style 100%, desagradaban a todo el mundo: ventanas con cristales , que impedían la permanente circulación de aire en las viviendas, cuartos de baño ,considerados de mal gusto en la región... y un rígido horario de 9 a 15 horas, cuando a medio día la humedad y el sofocante calor impedía el trabajar.
Y otro error crucial: el puritano Henry Ford prohibió el alcohol. Los trabajadores, indignados por los delirios del invisible barón del caucho, se rebelaron. Cuando el Ejército brasileño apagó la revuelta, muchos huyeron a la isla de la Inocencia, donde florecían burdeles y clubes nocturnos.
Además el fracaso del sueño tuvo una causa científica. En Fordlandia, Ford realizo una plantación masiva de hevea brasiliensis , el árbol productor del caucho , pero como sus botánicos desconocían el trópico, los árboles del caucho, comprimidos en plantaciones, en lugar de estar espaciadas en la selva, se convirtieron en presas fáciles de plagas. En Fordlandia no hubo ni una sola cosecha de látex.
Ford no se rindió, y el 4 de mayo de 1934 , creó Belterra, una nueva ciudad a orillas del mismo río Tapajós y más cerca de la capital regional, Santarem. Pero repitió el mismo esquema. La única cosecha llegó en 1942: 750 toneladas de látex, cuando la previsión era de 38.000 toneladas.
Después de 1945, Henry Ford reconoció la supremacía del látex artificial de las plantaciones del sudeste asiático, y salió de la región tras haber invertido 20 milones de dólares, llevándose toda la maquinaria. Revendió el terreno, casi baldío al Gobierno brasileño por 250.000 dólares.
Fordlandia duerme casi sepultada por la selva. Belterra, reconvertida de nuevo en ciudad en 1995, intenta sobrevivir plantando café, mandioca, arroz.
Referencias: “Público” -Las ciudades perdidas del caucho –Bernardo Gutiérrez./ http://nomada.blogs.com
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